miércoles, 20 de julio de 2011

3 fabulas

FÁBULA DE LAS HORMIGAS
Esto son dos hormigas que van por el bosque y se encuentran un charco. Ante la imposibilidad de cruzarlo, esperan por si pasa un animal que pueda llevarlas al otro lado. En esto que pasa un conejo que se ofrece cruzarlas. Una de las hormiguitas que era muy cursi le dice al conejo:

-No, no vamos a cruzar contigo porque estas sucio y asqueroso y nos vamos a manchar!
Cuando el conejo se va, divisan un par de pajitas y deciden subirse en ellas, a modo de barca, para cruzar el charco. Cuando iban por la mitad del charco, un mal viento hizo que las pajitas se hundieran y las dos hormiguitas cayeron al agua.

*MORALEJA*: Más vale conejo sucio que dos pajas mal hechas.



FÁBULA DEL PAJARITOEsto es un conejito que iba por el bosque y se pone a llover a cántaros. Busca refugio y encuentra un árbol hueco, pero dentro había un pajarito. Le dice:

- 'Pajarito, Pajarito! Déjame entrar en el árbol que me estoy mojando!'.
A lo que responde el Pajarito:

- 'No te dejo, que no hay espacio para los dos'.

Y el conejito vuelta a insistir:

- 'Venga Pajarito,que voy a pillar una pulmonía!

Pero el pajaro seguía cabezota sin ceder. Llovía cada vez mas y el conejito chorreando 'Venga Pajarito, que tengo mucho frío!' insistía....

'No te lo repito más, si digo que no es que no!', afirmaba con rotundidad el Pajarito.

*MORALEJA*: Cuanto más duro se pone el pájaro, más se moja el cone

la cigarra y la hormiga

Había una vez una Hormiguita y una Cigarra que eran muy amigas. Durante todo el verano y el otoño la Hormiguita trabajó sin parar, almacenando comida para el invierno. No aprovechó el sol, la brisa suave del fin de tarde, ni de la charla con amigos, tomando una cervecita después de un día de labor.

Mientras tanto, la Cigarra sólo andaba cantando con los amigos en los bares de la ciudad, no desperdició ni un minuto siquiera, cantó durante todo el otoño, bailó, aprovechó el sol, disfrutó muchísimo sin preocuparse por el mal tiempo que estaba por venir. Pasados unos días, terminó el otoño y empezó el frío, la Hormiguita, exhausta de tanto trabajar se metió en su pobre guarida, repleta hasta el techo de comida.

Entonces, alguien la llamó por su nombre desde afuera y cuando abrió la puerta tuvo una sorpresa mayor, cuando vio a su amiga la Cigarra, conduciendo un poderoso y hermoso Ferrari y con un valioso abrigo de pieles (sintéticas, seamos ecológicos) La Cigarra le dice: Hola amiga! Voy a pasar el invierno en París. ¿Podrías cuidar de mi casita?

La Hormiguita respondió: ¡pero claro! Sin problemas. ¿Pero qué ocurrió? ¿Dónde conseguiste el dinero para ir a París, comprar este Ferrari, y ese abrigo tan bonito y tan caro? Y la Cigarra respondió: imagínate que yo estaba cantando en un bar la semana pasada, y a un productor francés le gustó mi voz. Firmé un contrato para hacer shows en París. A propósito, ¿necesitas algo de allá?

Si, dijo la Hormiguita. Si te encontraras a La Fontaine (autor de la fábula original), dile, de mi parte, ¡que vaya a chingar a su re-puta madre, el gran hijo de la chingada...!

MORALEJA...

Aproveche la vida, aprende a dosificar trabajo y diversión, pues trabajar demasiado, sólo trae beneficios en las fábulas de La Fontaine. Trabaje, pero disfrute de la vida, ella es única.

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